No se trata de ser inmortales, sino de ser indemnes, ya que, siendo indemnes del todo, podríamos evitar la muerte hasta el mismísimo instante en que morir se nos antojara también placentero.
Valga como ejemplo, esta fábula: el vampiro le dijo un día al cadáver: "Yo vivo para siempre y tú estás muerto", y el cadáver respondió: "Sí, pero yo ya no sufriré daño jamás". Y se rumorea que el vampiro, desde que oyó tal respuesta, está vagando por el mundo pidiendo que lo maten...
Muy Bueno.
ResponderEliminarLa muerte no es nada cuando ya has muerto antes...
Gracias.
Un abrazo.
Sin dolor se puede hacer cualquier cosa.
ResponderEliminar