miércoles, 8 de agosto de 2012

Nuestras creencias


Hay un sistema de creencias constantemente presente que está enraizado, invisible en nosotros y que no está muy consciente; y después hay todo el funcionamiento de mis propios pensamientos, el cual hace los ruidos internos que afectan la forma en que yo me siento.

Mis pensamientos son como gotas que rebotan en mi sistema de creencias y que tienen un efecto, entonces cada vez que hay un pensamiento, este hace un ruido interno sobre una creencia propia que produce una experiencia, una emoción, un sentimiento, etc.

Nosotros no somos siempre conscientes de esto, no nos fijamos que estamos siempre pensando, o aunque nos fijemos que siempre pensamos no nos capacitamos en ya no funcionar de esta manera, es importante fijarnos de cómo funcionan estos pensamientos y qué son.

Lo que es importante fijarse es que yo soy el creador de pensamientos. Pensar está bien, pero tengo que volver a tomar en mis manos las riendas de mi mente.

Todos tenemos creencias como: leí que Dios no existe, o leí que hay caníbales que se comen a la gente, etc. Son cosas que nos afectan mentalmente, como en las fábulas de niños en las que se cocinaban a los prisioneros, que básicamente son creencias totalmente
erróneas; así también las supersticiones. Pero si no nos fijamos dejamos que estas creencias interfieran en nuestra vida y estos pensamientos que no decidimos rebotan y hacen resonar estas creencias, entonces al fijarnos de los pensamientos que creamos
vamos a afectar bastante nuestro estado interior.

Necesitamos aprender a disfrutar del silencio, porque todo este paisaje enorme que es el mundo interior de cada uno de nosotros, con todas las expectativas, los ideales, toda esta realidad enorme que tenemos, es sólo si hacemos silencio que ya no va a estar una
parte de mi ser tomando el poder de la conciencia.

Porque es así, siempre hay una parte de nosotros que toma el poder internamente, a veces enojado o a veces triste, melancólico o desesperado, sin autoestima, o con preocupación, etc. Es como que... ¡pum!,... se despertó cierto sentimiento y así me siento.

Dejamos que las cosas funcionen de forma mágica, y a veces tenemos suerte, tenemos un buen día, pero no es que todos los días los pasamos bien, porque no sabemos utilizar esto.

Utilizar este potencial de silencio permite volver a ser dueños, amos de nosotros mismos, porque por ejemplo, uno no puede domar un animal totalmente salvaje si le dice: "ya te domé", así no funciona. Al ser internamente no le gusta, aún si el se quiere domar a sí mismo, ni hablar de que alguien nos dome.

Pero el ser ha tomado muchos hábitos de ser rebelde internamente y no le gusta que alguien esté encima suyo, aún si es el mismo y es
por buenas razones. Por ejemplo no nos gusta la disciplina. Para la mayor parte de la gente es un mal necesario para llegar a un bien, entonces es importante ser capaces de ver que para ser felices, es necesario lograr disciplinar esta capacidad extremadamente poderosa que es la mente, que es la capacidad de reflexión, la capacidad de experimentar.

Para esto se necesita el silencio interior, porque cuando estamos muy llenos de ruidos, de expectativas, de acción, de preocupación, de trabajo, etc. no nos sentimos así.

Todo lo que nosotros hacemos tiene un efecto, hasta a nivel de la mente. Si nuestra mente es alimentada por ciertos pensamientos tiene tal efecto, pero si quieres subir en la pirámide para llegar a un nivel realmente elevadísimo no puedes poner ninguno de los
pensamientos groseros o inútiles y negativos.

No significa que no estás lidiando con la realidad pero tu forma de verla es muy positiva, y ya no te afectan los sentimientos de la
negatividad porque eso destruye la capacidad interna. Es muy importante ver cómo es y cómo funciona nuestra mente, cómo es nuestro espíritu, nuestra conciencia, para así elevarla, que sea por la oración, el canto, etc. de acuerdo con el entendimiento propio y
descubriéndolo con las creencias propias.

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