domingo, 5 de febrero de 2012

Tradición Cabalìstica en Cervantes


La época de Cervantes es brillante pero conflictiva, pues los hombres de finales del XVI y comienzos del XVII ya no viven en aquella España abierta del Renacimiento donde era posible el Humanismo y la recuperación de los clásicos, donde el objetivo no era crear nada nuevo sino rescatar la herencia en peligro de extinción.

El caos vuelve al mundo cuando desaparece la revelación, si abandonamos la palabra revelada original, moriremos sin remedio.

La vitalidad cultural y espiritual tenía una triple componente: hebrea, griega y latina. Cervantes es maestro de este arte del doble decir oculto en que lo judío aflora una y otra vez a lo largo de su obra. Por aquel entonces circulaba un refrán que decía: la flor de Castilla es de casta judía. La clase dirigente rica, culta y poderosa era judía, o contaminada por el Judaísmo: la clase rural, ignorante, era de linajes limpios y bolsillos vacíos.

¿Fue Cervantes de ascendencia judía? 

Muy posiblemente no, pero sí debió serlo algún antepasado suyo. Lo que sí es cierto es que su obra rezuma tradición hebrea, aunque Cervantes no sólo bebió de la tradición mosaica, sino también de la cultura clásica: Homero, Dante, Virgilio, autores del Renacimiento, y amalgamó con fortuna el legado cultural y espiritual de Occidente, donde lo hebreo ocupa un lugar preferente.

Al buscador sutil, al que pueda comprender los textos, parece imitar la del gran cabalista gerundense Rambán, que al terminar una explicación siempre afirmaba: Y el inteligente comprenderá...

No debemos olvidar que el pensamiento hermético estaba muy enraizado en la España de los siglos XVI y XVII, pues aunque sólo se mostrara de forma discreta formaba parte del marco de creencias y valores de aquellos hombres y de su universo mental y espiritual, y de la búsqueda tangible de Dios.

Quienes lo consiguieron murieron cuerdos y vivieron locos, pues obtuvieron el don de la buena muerte que conduce a la vida eterna de la posteridad.

4 comentarios:

  1. Janeth,El Quijote encierra en si todo un camino espiritual.La valentía,el sacrificio y la reflexión es su armadura del alma,que le lleva lentamente hacia la luz de la sabiduría,que su compañero Sancho Panza aprende y asimila con humildad y constancia...Maestro y alumno frente a frente...Mientras leemos nos vamos enamorando de su alma de héroe enclaustrada en un cuerpo débil y caduco.
    Mi gratitud por tu sabiduría y constante superación en los temas,que tratas.Te agradezco tus palabras siempre atentas y clarividentes,que me alientan y me acompañan...¡¡ERES UN REGALO DE LA VIDA,AMIGA...!!
    Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre.
    FELIZ SEMANA,AMIGA.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. Cervantes, sin duda, fue un tipo inmenso... Y se sabe que cuando estuvo en Cordoba (como comisario de provisiones para la Armada Invencible) se interesó mucho por conocer la vida y milagros de un grupo de "brujas" que vivia en Montilla... Entre ellas, la bruja Camacha...

    En el Coloquio de los perros, recogió algo de todo eso.

    Un abrazo, amiga

    ResponderEliminar
  3. Algun dia tendria que escribir algo acerca de Cervantes y las brujas cordobesas... A ver si me animo...

    ResponderEliminar
  4. El Quijote...,
    Gran Sabiduría...
    Gran analogía entre la personalidad y Alma.


    Gracias.

    ResponderEliminar