miércoles, 26 de octubre de 2011

Hombre y mujer son, pues, igualmente sagrados....


Cuentan los antiguos tratados de Sabiduría, que hace millones de años atrás no existían hombres ni mujeres diferenciados; sólo hermafroditas poblaban la faz de la Tierra. Pero cuando la marcha evolutiva así lo impuso, se dividieron los sexos en oposición y complemento constante, en busca de la unidad perdida, para poder llegar, en un futuro lejanísimo, a una reunificación andrógina, no por suma, sino por superación de la dualidad.

Todos los pueblos de la antigüedad registraron en sus símbolos filosóficos y religiosos este hecho natural, y a partir del Uno Universal sin polaridades, vemos aparecer parejas primordiales que representan lo masculino y lo femenino con características propias y comunes: propias como efecto de la división, comunes por proceder de la misma raíz.

En líneas generales, la mujer fue el símbolo de la Materia-Madre-Mar, y el hombre lo fue del Espíritu-Padre-Fuego. Pero eso no impidió que existieran diosas del Fuego o dioses de las Aguas, entendiendo que uno y otro elemento, son parte de una Unidad Primera que los contiene y justifica.

A nivel físico, pues, el hombre tiene más fuerza y capacidad activa que la mujer, la que, en cambio, en el plano vital tiene más resistencia frente al hombre que sufre más desgaste. En el mundo emocional, la mujer es más receptiva que el hombre, y en el mental, el hombre resulta más idealista ante la mujer que es más concreta.

En los planos superiores es mucho más difícil establecer características tan definidas, pero podemos apuntar una mente pura que es concreta en lo masculino, y la misma mente como idealista en lo femenino; la intuición es más activa en la mujer que en el hombre.

Sin tomar estas definiciones de manera categórica, pues todo en la Naturaleza está armónicamente combinado, resulta que a la luz del conocimiento tradicional, no hay un sexo superior al otro, sino polaridades complementarias en todos los planos que determinarían mayores o menores facilidades para ciertas funciones que van desde lo físico hasta lo metafísico.

La pérdida del simbolismo profundo por parte de las religiones, a medida que éstas se iban exoterizando más y más, contribuyó a crear relaciones erróneas o mal interpretadas. Por ejemplo, la materia y el mar fueron indicativos de cambios repentinos y variabilidad psicológica y mental, más que de vida y fluidez de conciencia. La razón y la inteligencia fueron concebidas como rasgo masculino, en contraposición a la percepción y la intuición explícitamente femeninas.

La pérdida incluso de los símbolos exotéricos, ha simplificado el panorama al máximo: Dios es hombre; por lo tanto el hombre es bueno, y la mujer no puede menos que relacionarse con la contraparte enemiga de Dios: el demonio.

Sin embargo, durante siglos perduraron las auténticas tradiciones fundadas en la Sabiduría, que concedieron posibilidades equivalentes en todos los terrenos al hombre y a la mujer, la opción de desarrollar sus poderes latentes y expresarlos con más perfección cuanto más sabios fuesen. No es de extrañar que los ancianos hayan merecido veneración en tantas civilizaciones, como símbolo de evolución marcada por los años bien vividos y plenos de experiencia. Y ya que nos preocupa el tema de la mujer, cabe recordar la importancia atribuida a las viejas sacerdotisas, las poseedoras de los más temibles secretos, las que están "al margen de la edad".

Hombre y mujer son, pues, igualmente sagrados mientras haya dualidad en la manifestación, e igualmente sagrados cuando la dualidad se resuelva en la Unidad Primera.

9 comentarios:

  1. El vínculo hombre mujer es el sagrado complemento para dar continuidad a la vida universal, a lo externo y a lo interno Amor es magia, el cuerpo diferente baila de universo; lo demás son etiquetas, modas, presiones, roles con o sin cuerpo en juego. También la ruptura del equilibrio y vinculación de los sexos fue atizada por los miedos, para lograr el dominio de las masas, desde el seno del hogar.
    http://enfugayremolino.blogspot.com/

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  2. De acuerdo con todo, amiga, con la aclaracion adicional de que tengo la certeza de que el hecho de que haya mujeres en este mundo es una bendicion...

    Y cada vez lo veo mas claro...

    (Pero que no se entere nadie...)

    Un abrazo, amiga

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  3. Bonito despertar de luces enamoradas, un placer volver a tu página amiga, me alegra saber que escribes con tanta dicha y tanto amor. Desde Jaen un abrazo y feliz fin de semana

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  4. El yin y el yan,
    dos polaridades unificadeas en el amor súpremo.
    El yin y el yan tam bellamente esplicado en el Genesis y tan mal comprendido.
    Arriba y abajo...
    Derecha, izquierda...
    Todo se y debe por obligasción y devoción complementarse.

    Gracias.

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  5. Janeth,excelente post.El hombre y la mujer son sagrados,por ser reflejo divino del Creador.Te agradezco tu cercanía y tu bello comentario.Mi abrazo inmenso en este día sagrado de todos los santos.
    FELIZ SEMANA,AMIGA.
    M.Jesús

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  6. ..y seguimos confrontándonos y buscando el punto medio que nos lleve a ser la unidad que fuimos alguna vez ...interesante tema...

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  7. Un tema sumamente interesante que me ha fscinado. No conocía al respecto. Gracias como siempre. Un abrazo.

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  8. Estamos hechos los unos para los ostros, ocurre que luego, dentro de nuestra sociedad, surgen ciertas aberraciones, como las del maltrato.
    Un post excelente, Janeth.

    Un saludo.

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