viernes, 14 de octubre de 2011

Crecer


Todo crecimiento debe partir siempre desde dentro. Es la raíz la que hace fuerte
al árbol y no la cantidad de hojas. No podemos perder la memoria de esa raíz.

Y si los problemas humanos, ya sea con uno mismo o con los demás, siguen
prevaleciendo; si el orgullo sigue siendo prioritario; si la vanidad reemplaza al
conocimiento; si la cantidad de actividades supera su calidad, entonces es el momento
de detenerse a reflexionar.

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