Probablemente, en algún momento, nuestra alma se desprendió de un Algo mu-cho mayor que la contenía.
Ella se desprendió en busca de nuevas experiencias, guiada por la ingenua falta de conocimiento que tienen las almas inocentes.
Y así llegó a la tierra, sola, terriblemente sola y arrancada de su seno celestial. Y desde entonces vaga por la tierra, recubierta a veces de materia, y a veces no, en busca de la clave que le permita regresar a su origen primero, allí donde no estaba sola, porque tampoco estaba dividida.
Esa clave es el conocimiento. Saber es poder. Alguna vez, así como partimos,también podremos volver
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